Sabemos ya que el gato siente ansiedad cuando huele un peligro o un cambio acechando. ¿Piensas que no se da cuenta que lo estás llevando a darle una vacuna, una revisión médica o una inyección? Pues si, ¡lo sabe y se estresa! Por esta razón queremos hablarte de cómo gestionar la ansiedad del gato cuando tienes que llevarlo al veterinario.
En primer lugar, tenemos que aprender a reconocer las señales de este estado emocional. Un gato ansioso puede sufrir un aumento de la frecuencia cardiaca y respiratoria, dificultad respiratoria, temblores y mayor salivación. Si siente un peligro inminente, tenderá a moverse más de lo normal, a esconderse y vocalizar más a menudo.
Es importante tener en cuenta que muchos miedos que originan estrés, se desarrollan a causa de experiencias traumáticas en su primer año de vida y, por lo tanto, es muy importante prevenir situaciones incómodas durante la primera visita al veterinario.
Estrés por ir al veterinario
¡No es de extrañar que un gato tenga miedo del veterinario!
La verdad es que todos temen a las personas nuevas y los cambios de ambiente: es una especie de instinto primordial de supervivencia.
Desde su punto de vista, esta experiencia significa un encarcelamiento forzado en una caja (el transportín) que le lleva a una estancia dentro a una máquina ruidosa que emite sonidos aterradores (el coche) y que se mueve muy rápido provocándole naúsea. Por último, llega a un ambiente desconocido donde encuentra nuevos olores y algún que otro ejemplar de cuatro patas canino.
Si la primera experiencia en la que se aleja de casa es así de traumática, ésta lo marcará provocándole estrés cada vez que note las primeras señales de una salida inminente.
Señales de ansiedad en gatos
Si tu gato ha entrado en un estado de ansiedad, cambiará su comportamiento habitual y podrías notar que:
- Evita el contacto visual
- Se aleja con la cabeza o corriendo
- Lleva la cola pegada al cuerpo
- Tiene las pupilas dilatadas
Si sufre de estrés fuerte:
- Aumento de la frecuencia respiratoria
- Intenta escaparse o se inmobiliza
- Levanta el pelo
- Es agresivo
Obviamente si lo persigues por la casa y lo coges de debajo de la cama, dentro del armario o en cualquier otros refugio que haya encontrado, para él será un declaración de guerra que influirá en vuestros viajes futuros.
Cómo gestionar la ansiedad del gato cuando tienes que llevarlo al veterinario
- Prueba a que se acostumbre al transportín en casa
Empieza una o dos semanas antes de la primera visita a dejar a la vista el transportín abierto y accesible en las zonas más cómodas de la casa. A la mayoría de los gatos les gusta meterse en las bolsas, debajo de la cama o dentro de las cajas y se metería dentro del transportín si no lo asociase con la experiencia traumática de forzarlo dentro a una jaula unos segundos antes de un viaje indeseado. Si dejas dentro del transportín un premio goloso, será más fácil que se vuelva rápidamente un lugar deseable.
- Habitua al gato también al coche
Pon una manta entorno al transportín y ponlo con cuidado sobre el asiento posterior del coche. Cierra la puerta del coche pero no te vayas lejos. Hazlo en horarios tranquilos en los que no haya ruidos extraños que puedan asustarlo. Espera unos minutos y lleva a tu gato a casa. Házlo durante unos días seguidos, aumentando poco a poco el tiempo dentro del coche hasta llevarlo a hacer un viaje corto alrededor de la manzana.
- Entrena a tu gato a que lo manipulen
Ten paciencia y aumenta la tolerancia de tu gato a que lo toquen. Haz sesiones breves y recompensa a tu gato con premios o juegos que pueda utilizar contigo. Dale los mimos que más le gusten, como las caricias bajo la barbilla. Puedes probar también a lavarlo en casa, usando nuestros productos específicos de la Línea Gato y convirtiendo el baño en un mimo especial.
- Busca un veterinario que no esté lejos de donde vives
Podría parecer demasiado exagerado; probablemente conoces a tu veterinario desde hace años y no tienes intención de cambiarlo incluso si vives en la otra parte de la ciudad. Pues que sepas que será el mismo veterinario el que te desaconsejará los viajes demasiado largos.
- Visitas a domicilio
Si no funciona nada, ten en cuenta que muchos veterinarios ofrecen el servicio de visitas a domicilio. Esta es una manera para eliminar tanto el estrés del viaje como el del transportín. Además, te ayudará a reducir el tiempo que el gato está en el estudio o en contacto con otros gatos o perros.
Por último…
También los gatos que parecen más complacientes y cariñosos notan el estrés y el miedo de una manera que no logramos entender.
Todos se merecen una atención especial cuando se les pide hacer algo que se sale de su rutina. Si has elegido al gato como mascota, sabes ya que es dominante. Conviértete en su fiel servidor y dedícale la atención que se merece.